El piso está nuevo y perfecto para 2 personas, aunque puede acomodar a cuatro. Tiene una pequeña terraza que da a una carretera bastante concurrida y en la lejanía se puede percibir la ría/el mar. Encontramos todo lo necesario, tanto en la cocina, el baño y el resto de la casa. El propietario es muy amable y pone detalles que hacen de la estancia una experiencia diferente: agua fría en el frigorífico, cosas básicas en la cocina, como café, té, especias etc... En fin, uno se siente bien recibido.
A parte de esto, la zona es muy, muy bonita e invita a volver pronto.