Realmente lo barato sale caro. Todo el alojamiento olía a tabaco. Las camas horribles. Los muebles, pintura y las instalaciones en sí muy mal conservadas. Por lo general, no me suelo preocupar mucho por el hotel si solo voy a dormir pero este de verdad que no volvería ni regalado. La atención de la señora que nos atendió fue buena, le pedí si nos podía cambiar de habitación porque en la que estábamos al estar al lado de la recepción y ella fumar dentro olía bastante fuerte, fue muy amable y nos enseñó otra habitación en la cual nos quedamos, de todas formas como dije al principio, me di cuenta que el edificio en si tenía el olor impregnado a tabaco.